Posteado por: nelsonlombana | marzo 22, 2011

Por qué decir NO a la explotación mina de oro en Cajamarca, Tolima

Por Nelson Lombana Silva.- Prensa PCC

En su afán de cumplir a las multinacionales y transnacionales el presidente Juan Manuel Santos Calderón, hijo de la oligarquía más rancia de Bogotá, le abre camino a la minería con todas las consecuencias ambientales, sociales, económicas y políticas que eso conlleva para el pueblo. Es una de las locomotoras de las que tanto se ufana el ex ministro de defensa “estrella” del narco paramilitar ex presidente Álvaro Uribe Vélez.

Al decir del mandatario títere de los Estados Unidos, su política va encaminada a cambiar la vocación agrícola de Colombia por minera. De esa manera pusilánime anuncia el deterioro de la ubérrima capa vegetal, lo mismo la fauna, la flora y el agua. El plan es siniestro. Catastrófico. Apocalíptico. Cambiar agua por oro es como cambiar vida por muerte. Así de sencillo.

En el caso particular de la posible explotación de la mina de oro La Colosa ubicada en el municipio de Cajamarca, Tolima, tiene esas connotaciones y así lo vienen denunciando ambientalistas y la izquierda colombiana reunida en el Polo Democrático Alternativo.

La mina se encuentra en zona de páramo, vegetación exuberante y cantidad de ríos, riachuelos, quebradas y nacederos. Se constituye en una especie de estrella hidrográfica, cuyas aguas son utilizadas para los habitantes de la zona plana como espinal, coello, guamo, chicoral, etc. Además, se proyecta construir el acueducto alterno para Ibagué, capital de Tolima, canalizando las aguas del fresco río Bermellón. Cajamarca, por su parte, es calificada “despensa agrícola del departamento y de Bogotá”.

Todo eso desaparecería y la zona fértil pasaría a ser un desierto con excavaciones profundas, sin vida, sin amor y sin esperanza. Lo poco que quedara, quedaría contaminado con el mortal cianuro. Hay ejemplos a granel del crudo impacto en la explotación de minas de oro a cielo abierto en diversas partes del planeta.

La transnacional africana Anglo Gold Ashanti, se llevaría el 94 por ciento del oro, lo restante sería distribuido, así: 2 por ciento para el gobierno nacional, 2 por ciento para el gobierno departamental y 2 por ciento para el gobierno municipal. Es decir, para la burocracia, el pueblo una vez más quedaría viendo un chispero. Seguiría siendo más pobre. Es la dinámica salvaje del capitalismo neoliberal.

Se viene posesionando en la zona usando los medios más ruines como la represión, pero también usufructuando la ingenuidad del campesino y con espejuelos al estilo español viene imponiendo la idea de que el proyecto es progreso y desarrollo para la comarca. Pinta la escuelita, arregla el camino, dona uniformes deportivos, financia espectáculos públicos, lleva cantantes, etc.  Todo con la complicidad del Estado que no duda en colocar a su disposición la fuerza bruta de la militarización y de la paramilitarización.

A pesar de la dura presión de dicha transnacional con el aval del señor Santos Calderón y su patota apátrida, se hace resistencia. En ese sentido, ambientalistas y miembros del Polo Democrático Alternativo e incluso, de otros partidos, se vienen constituyendo en líderes y organizadores de una resistencia amplia, democrática y consecuente. Se hace necesario el apoyo nacional e internacional, porque el dicho popular dice: “La unión hace la fuerza”. Además, se trata de luchar por la vida de todo un pueblo que aún no ha roto sus cadenas.

NL/Prensa PCC

Ibagué, marzo 21 de 2011


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