Posteado por: nelsonlombana | noviembre 20, 2012

“Estamos culturizando a la gente”: Eliseo Ramírez Arcila

“Estamos culturizando a la gente”: Eliseo Ramírez Arcila (Eliseo Ramírez Arcila, en su roto literario y cultural. Foto nelosi.

“Estamos culturizando a la gente”: Eliseo Ramírez Arcila (Eliseo Ramírez Arcila, en su roto literario y cultural. Foto nelosi.

Por Nelson Lombana Silva .- PaCoCol

(Ibagué, noviembre 20 de 2012) Hace 44 años don Eliseo Ramírez Arcila viene vendiendo libros de segunda en un rotico – como él mismo lo llama – a un lado de la plazoleta “Santa Librada” donde se encuentra la estatua de la Catalina, en entre las calles 14 y 15 y carreras segunda y tercera de la ciudad musical de Colombia, Ibagué.

Con ese noble trabajo ha levantado su prole y ha profesionalizado a tres y un cuarto va en tercer semestre de Derecho. Uno es matemático físico, la otra licenciada en preescolar, el otro bilingüe. El primero ha tenido la oportunidad de ir a perfeccionar sus estudios en España. A pesar que comenzó pagando cinco mil pesos por ese local y en la actualidad el arriendo por la costosa suma de 300 mil pesos y el año entrante, asegura, habrá aumento como todos los años.

Más que vender libros de segunda, don Eliseo Ramírez Arcila, hace un aporte fundamental a la comunidad tolimense de escasos recursos económicos. Por eso afirma sin ambages: “Estamos culturizando a la gente”. Y agrega: “La profesionalización de la persona está a través de los libros”.

Desde esa perspectiva el pequeño gigante vendedor de cultura y algo más, se queja de la baja capacidad de lectura que hay en la actualidad en los estudiantes. “El muchacho hoy en día no lee, lo hace muy poco”, dice y agrega preocupado: “La mayoría se va para la internet, baja la hoja y se la lleva al profesor sin saber si quiera qué dice la hoja”.

El estudiante quiere que todo libro no pase de 20 páginas, cuando en realidad debería por lo menos leer 15 a 20 libros anualmente para tener conocimiento, mejorar su nivel de comprensión de lectura y alimentar su intelecto, señala don Eliseo que escasamente tuvo segundo de primaria en una vereda distante de su municipio Casabianca, Tolima, donde tenía que recorrer camino estrecho por más de 60 minutos para llegar sudoroso a recibir las clases de la profesora Aleyda Marín del municipio de Villahermosa, Tolima.

Allí, don Eliseo ha palpado la pobreza en toda su dimensión cuando señala que una persona se ha visto precisada a pagar un libro de 5 mil pesos en tres contados. También ha tenido grandes satisfacciones como la mención honorífica que le concedió la universidad del Tolima por su labor ininterrumpida y silenciosa de facilitar la cercanía del lector con el libro, su importante comunión.

En esta entrevista don Eliseo Ramírez Arcila hace graves denuncias de presunta corrupción en las directivas de la universidad del Tolima, donde se manejan los supuestos concursos con criterio abiertamente clientelista.

De todo eso y mucho más habla don Eliseo Ramírez Arcila en esta entrevista concedida a la página web: http://www.pacocol.org:

–         Don Eliseo Ramírez Arcila, ¿Usted es natural de dónde?

Soy natural de Casabianca, Tolima, de allí salí para Caicedonia, Valle, donde vivimos unos cuatro años; a la ciudad de Ibagué llegamos en julio de 1968 aproximadamente. Por accidente, porque yo venía de estar trabajando por allá en el campo y por accidente me hice al puestico de revistas. Vi que la vida era totalmente diferente y se conseguía uno la comidita, entonces continué y continué y mis profesores que han arrimado a comprarme los libros y los grandes amigos me orientaron para la cuestión de los libros.

Entonces he ido trabajando con literatura ya desde hace mucho rato, mucho tiempo atrás y aquí estoy todavía y hasta. La universidad del Tolima me dio un reconocimiento de cuarenta años de trabajo con la literatura, a través del alma mater me llevaron me ofrecieron danzas, me dieron un plegable; de todas formas yo les agradezco que hicieron el esfuerzo para llevarme y la paseé muy bien en la universidad.

–         ¿Qué estudios tiene don Eliseo Ramírez Arcila?

Muy poco, apenas segundo año de primaria no más y eso en el campo, en una vereda llamada El Aguacate, mi profesora llamaba Aleyda Marín de Villahermosa, Tolima. Ese fue mi estudio y nos tocaba viajar de la casa a la escuela era casi una hora de camino para poder ir a la escuelita.

–         Claro que un segundo de primaria en esa época era muy amplio, los estudiantes aprendían mucho, ¿Verdad?

Aprendí a leer y a escribir muy mal, pero a través del tiempo he ido intentando mejorar porque cojo los libros y parrafeo. De todas maneras, soy empírico.

–         ¿Cómo llegó a hacerse amigo de los libros?

A través de la revista, porque yo empecé a trabajar con revistas y a través de la revista, pues, alguna vez llegaron dos o tres libros que un señor me vendió; se los compré y de pronto otro señor llegó y me los compró también. Entonces yo vi que fue sirviendo y mucho profesor que arrimaron acá a mi trabajo me orientaron sobre qué tipo de libros podía comprar. Fue a través de ellos porque mi cultura fue muy poca, pero gracias a mis profesores, vuelvo y lo repito, que me visitan porque es una parte donde ellos consiguen los libros muy cómodos y la estimación que me tienen, esa es la forma que he trabajado toda mi vida, a pesar de la poca cultura y la sigo difundiendo permanentemente y es un deseo mío, porque yo a través de esto, tengo cinco hijos en el hogar mío y a través de mi trabajo logré que tres estudiaran. Uno es matemático físico, la hija es licenciada en preescolar, el otro es bilingüe, la otra estaba estudiando en la CUN pero se enamoró y se casó y el otro “la oveja escarriada, la oveja negra”, pues, ahorita último se dio cuenta que todos estudiados menos él, pues escasamente había hecho el bachillerato, se metió a la universidad a estudiar derecho y ya va en el tercer semestre.

–         Dice usted que comenzó a vender revistas. ¿Qué tipo de revistas vendía?

Eran revistas de la época: Supermán, Tarzán, Dálmatas, Llanero Solitario, Héroes del Oeste, el Conejo de la Suerte, Pájaro Loco; toda esa cantidad de revistas que venían en cantidades en esa época. Yo tenía una cajita de cartón y ahí las empacaba, cogía las tablitas y me las echaba al hombro, me la llevaba a un parqueadero y allí me la guardaban. A través de eso, formé lo que he formado y estoy todavía aquí pegado de los libros; con deseos de entregarlos pero a través del estímulo de la universidad del Tolima, que me dieron y me llevaron y los profesores que arriman y me animan a seguir en la lucha y en la actividad de comprar y vender libros, especialmente de segunda a los mejores precios. Bajo esas condiciones continúo laborando no sé hasta cuándo.

Sí a través de esto continúo aquí y ahorita con la época decembrina tengo a la amiga Pilar que me impulsó a la vaina de vender las lucecitas, porque por esta época disminuye la venta de los libros afloja mucho, entonces estamos trabajando las lucecitas de navidad para conseguir la comidita.

–         ¿Siempre ha vendido libros en este sitio o ha trabajado en otros lugares de la ciudad?

Únicamente acá, profesor; únicamente acá, en este sitio no más, desde 1968, he estado trabajando acá, primero en la esquina parado afuera sobre unas tablitas y después el señor administrador del edificio, le propuse que por qué no me dejaba ese rotico para meter los libritos aunque fuera y él accedió pero con el tiempo; creo que comencé pagando cinco mil pesos de arriendo, hoy en día estoy pagando el aumento del 10 por ciento de cada año, en el momento estoy pagando 300 mil pesos mensuales, el año entrante me tocará pagar más y así va subiendo poco a poco.

–         ¿Cuántos libros considera usted que tiene actualmente en ese rotico, como dice?

En eso sí tengo muy poca idea pero por ahí unos cuatro o cinco mil libros, más o menos, con revisticas y revistas con las que trabajaba antiguamente, por ejemplo, tengo una colección de águila solitaria que está completica, tengo también una colección de Samurái que también está completica, enterita que en eso no más son como dos mil libros y otro poco de libritos viejos. Además, tengo libros muchos que los amigos traen y me regalan, me obsequian para yo continuar trabajando.

–         Usted vende libros nuevos y de segunda, ¿verdad?

Sí, pero nuevos son muy pocos, la mayor parte son de segunda, porque lo primero es muy costoso y no hay posibilidad de vender libros nuevos son muy costosos y uno no tiene la posibilidad de hacerlo. Así, mejor trabajo el librito viejo.

–         ¿Cuáles son los libros que tienen más salida?

La parte literaria. También trabajo lo que son diccionarios de español y de inglés; la literatura pequeña para los pelaos del colegio que tiene salida en las temporadas. Esta la parte filosófica, pero últimamente se ha agotado mucho y grandes escritores como Gabriel García Márquez, Saramago, Mario Vargas Llosa, etc. Cantidad de escritores que hay y que son muy reconocidos, son libros que tienen un poquito de más salida. Aunque es muy poco porque en el sitio que estoy hay mucha gente amiga que no sabe que yo vendo acá, hay gente que no me conoce y siendo de acá de Ibagué, Tolima. Muchos dicen con cierto asombro: “Eeehhh, nunca había llegado a ver este rotico aquí”. Pero aquí estoy pegado.

–         ¿Cómo ha hecho para subsistir con semejante competencia?

Para mí concepto: La atención al cliente. Pienso que la atención es primordial sobre todo. Cliente que me llega yo trato de atenderlo de la mejor manera y dar el libro económicamente cómodo también, porque yo doy los libros baratos. De todas maneras, uno atiende bien al cliente y vuelve. El cliente bien atendido, le digo a toda persona que tenga negocio, es la clave principal y primordial de un negocio, es la atención al cliente.

–         ¿Cree usted que está prestando un servicio importante a la sociedad tolimense?

Desde luego, claro… desde luego, porque estamos culturizando a la gente; de todas maneras, fue la misma universidad del Tolima la que me dio el principal reconocimiento y ella lo hizo porque sabe que esto es una parte cultural, la parte pedagógica, la parte literaria de todas maneras la gente se da cuenta de que la profesionalización de la persona está a través de los libros.

Hoy en día el estudio en Colombia es más bien de un nivel bajo debido a que la cuestión de la internet ha dañado mucho el estudio del muchacho, el muchacho hoy día no lee, lo hace muy poco. Claro, hay algunos que son buenos lectores, pero hay muchachos que requieren que ojalá el libro tenga 20 páginas no más; la mayoría se va para la internet, bajan la hoja y se la llevan al profesor sin saber siquiera qué dice la hoja.

Entonces digo que dentro del magisterio debería aplicar la lectura obligatoria, debería poner a leer al muchacho permanentemente, siquiera que se lea 10, 12 o 15 libros al año como mínimo, ¿Por qué? Porque ello le da comprensión de lectura y le da mucho conocimiento, además, le va a generar ánimo por la lectura y le va a dar ganas de conocer otro tipo de cultura diferente, de literatura diferente.

–         La gente asiste también producto de la crisis económica en busca de precios bajos, ¿No le parece?

Claro. Buscando la parte económica desde luego. Este es un sitio que se consigue libro de dos mil, tres mil, de cinco mil, de diez mil pesos. En caso del diccionario el costo es más alto, pero de todas maneras aquí se consigue libros muy cómodos en su precio. Inclusive, tengo libros arrumados que si hubiera quien me comprara de 50 o 100 libros para arriba, yo se los daba por ahí a dos mil pesos, sin escoger, yo les saco el joto y que se lo lleven, porque yo necesito espacio para meter, de pronto, otro libros que de pronto, hay gente que le viene a decir a uno y le dice que le compre, por ejemplo, una biblioteca, cómpreme un poco de libros que tengo, pero uno no puede porque el espacio mío es muy cerrado, muy corto, muy pequeño.

–         ¿Qué experiencias ha tenido con compradores y con los mismos lectores?

No, todo maravilloso. Para mí, todos los compradores son muy queridos y los lectores también todos son supremamente buenos porque aquí se arrima la persona de mal genio y yo lo aplaco con mi forma de ser; si se pone bravo se tiene que callar porque el principal motivo es el manejo del cliente, para mi concepto y la gente y los clientes, todos me estiman, todos los clientes que tengo; hay veces que no están en la ciudad y por eso no arriman o de pronto no tienen la posibilidad, aquí arriman personas de todas las calidades, clase media, clase alta, clase baja; de todas maneras, mucho tipo de gente. Hay ocasiones, me he dado cuenta de la situación crítica y crónica que hay económicamente en mucha gente, no en todos porque de todas maneras hay mucha gente pudiente, pero personas que al comprar un libro de cinco mil pesos, se lo pagan a uno en dos y tres contaditos porque no tienen la posibilidad de adquirirlo de contado.

El Estado y las grandes editoriales deberían de rebajar el libro porque esos libros “chiveados” por ejemplo, los venden tan cómodo, por qué las editoriales no lo pueden hacer y las editoriales grandes como Norma, Santillana, Panamericana, que son multimillonarios no sacan libros cómodos económicamente para el público, donde la gente pueda adquirir la lectura de una manera económica más cómoda y puedan engrosar su capacidad intelectual en su mente.

–         Es una gran contradicción: Los libros bien caros y poco lectores, ¿No le parece, don Eliseo?

Sí, claro, desde luego. Hay mucha gente que no lee debido a la incapacidad económica para comprar un libro. Hay partes donde le formulan un libro fácilmente “graciado” o “chimbiado” como se dice, o “genérico” como también se le dice y le dice mucha gente, va usted a Panamericana y vale 35, 45 y hasta 50 mil pesos un libro, mientras que ese mismo libro yo lo he visto vender en determinadas partes a diez mil y doce mil pesos. Hay una diferencia muy grande. Me pregunto por qué el que da barato lo puede dar barato, por qué las grandes editoriales no hacen lo mismo y dan precios económicos para que la gente pueda adquirir el libro más cómodamente. Mucha gente tiene que irse a buscar a internet el libro para bajarlo, pero eso también hoy es un problema grave, sentarse o colgarse de una pantalla a leer es cosa muy impresionante, eso es acabar con la vista de la persona, porque un libro tiene mucho texto y tiene mucha información, pero el daño que produce, dicho por mucha gente que lee en internet que ha perdido mucha capacidad de visualización.

–         ¿Qué opina usted sobre la importancia del libro?

No, el libro es primordial, el libro es una cosa maravillosa. Por ejemplo, el hijo mío, el matemático es un gran profesional; logré con mi trabajo y mis pocos ahorros enviarlo a España, haciendo en Sevilla un doctorado en ciencias experimentales en educación. Tiene una pedagogía supremamente amplia y hasta ahorita está terminando la tesis para irse no sé si este final de año o el año entrante a recibir el grado, el doctorado. Es matemático físico, es un muchacho de una pedagogía supremamente amplia, ha estado en grandes colegios.

Hoy en día la persona que tiene una pedagogía amplia, ha tenido con los mismos compañeros envida por la capacidad que él tiene y la forma de dar la pedagogía a los muchachos. Otra cosa muy cruel que me he puesto a ver es el manejo de las instituciones. Por ejemplo, me quiero referir a la universidad el Tolima, sobre todo el manejo que hay en la parte administrativa.

Tengo un hermano que se llama Hildebrando Ramírez, él es bioquímico. Él sacó adelante un experimento con otro compañero llamado “Catalac” que consiste en la purificación del agua así esta sea de alcantarilla, con base en plantas no con base en químicos. Ellos pueden tomar agua de una alcantarilla y en 30 minutos usted la puede tomar totalmente pura.

Este experimento lo han llevado a Australia, Canadá, Estados Unidos; el último reconocimiento se lo hizo Colombia. El premio lo recibieron fue en Panamá, el último que lo reconoció fue Colombia en Bogotá. Ha buscado la forma de que el gobierno departamental o nacional les ayude económicamente para continuar la investigación, para continuar investigando y no ha habido poder humano que el gobierno municipal, departamental o nacional les brinde apoyo. Ellos quieren seguir investigando. Le han propuesto al gobierno departamental que están dispuestos a ir a los municipios, a tantos sitios donde no hay agua potable, pero el gobierno hace caso omiso. Ellos quieren enseñarle al fontanero cómo tratar el agua. Pero hasta el momento no ha aparecido una respuesta clara, precisa y concreta.

Otra cosa, que también es una denuncia tiene que ver con la administración de la universidad del Tolima. Él se ganó el concurso para ser profesor de la universidad del Tolima hace tiempo, no recuerdo la fecha, y se lo declararon desierto. El hijo mío, el matemático, también le pasó la misma cosa. La universidad convocó un concurso y se lo ganó, pero como no hace parte de la “rosca” que hay adentro no fue admitido; la esposa de mi hijo es también matemática, ella trabaja con un colegio Holandés, está también trabajando con la universidad del Tolima también; ella se presentó a un concurso, se lo ganó también y ahí la tienen volteando, es la hora que no le han dado el nombramiento. ¿Por qué? Porque no hace parte de la “rosca” de ellos. Son tres en mi familia: Mi hermano, mi hijo y la señora de mi hijo. Es una cosa aberrante, una cosa que debería los gobernantes del municipio, el departamento o la nación tomar cartas en el asunto y garantizar el espacio limpiamente ganado.

–         Finalmente don Eliseo Ramírez Arcila, ¿Hasta cuándo va a vender libros en este sitio?

Profesor: hasta que mi dios me ayude. Hasta que dios me tenga con salud, que es lo primero que yo le pido a mi dios que me tenga con salud para continuar. Digo me retiro, pero me digo: a hacer qué también, ya uno viejo como estoy, ya qué carajo. De tal manera que si tengo la posibilidad física de hacerlo, yo continuaré trabajando hasta donde más pueda.


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